Autora: Isabella M. Ruiz Butrón
Estudiante Grado en Derecho IOMG
El perfil, según la Real Academia de la Lengua Española, es un conjunto de rasgos peculiares que definen algo; cuando se habla de un perfil ético tendemos a referirnos a las directrices de nuestra propia conducta. Cuando se me pidió elegir dos cualidades para describir mi perfil ético sopesé bastante la respuesta. Sensatez y confiabilidad son las dos palabras que terminé seleccionando como pilares para mi perfil. Habiendo tantas otras opciones como la excelencia, la imparcialidad o la justicia, resulta quizás extraño para el lector el porqué de mi elección; no obstante, ambas son primordiales para el éxito personal y profesional del ser humano.
En primer lugar, no se puede hablar de la sensatez sin la toma de decisiones. Las decisiones, por más pequeñas que sean, rigen y alteran nuestro comportamiento en el diario vivir, por lo tanto, todas tienen una repercusión en el futuro. De allí radica la imperatividad de tomar decisiones de manera sensata. Actuar con buen juicio, pensar y actuar de manera razonable, eso es para mí el significado de la sensatez. Es por esto que resulta coherente afirmar que el lograr actuar de manera sensata ante cualquier dilema presentado se traduce en la estabilidad, honestidad y autenticidad de nuestras vidas. Es importante mencionar, también, que la sensatez puede ser subjetiva, ya que esta se construye junto a las experiencias personales, la intuición y la comprensión implícita de una situación, y por lo tanto, nuestro desenvolvimiento cuando se presenta un dilema puede variar.
Dentro de un marco legal, la sensatez resulta esencial para la resolución de conflictos y el desarrollo de una estrategia, además, del correcto funcionamiento del sistema legal. Para un profesional del derecho la sensatez implica la capacidad de tomar decisiones razonables y equitativas, garantizar que la persona reciba un trato justo y equitativo ante la ley, lo que considero que es el pilar más importante del derecho. Además, en nuestra sociedad constantemente cambiante, la sensatez es vital en la interpretación y aplicación de las leyes, permitiéndole al sistema legal y al profesional evolucionar y adaptarse de manera coherente con el espíritu de la ley y los valores de la sociedad.
La puesta en práctica de la sensatez, tanto en mi vida personal como profesional implica mantener siempre la coherencia entre mis pensamientos y acciones, permitiendo así el accionar de una manera razonable y lógica ante las situaciones que puedan presentarse. Por lo tanto, la sensatez me ayuda a tomar mejores decisiones, actuar de forma responsable y vivir una vida más plena y satisfactoria.
Por otra parte, el ser humano es por naturaleza un ente social, por lo tanto, a lo largo de la historia han surgido ciencias y herramientas, como la sociología y el derecho, que estudian y regulan nuestra vida en sociedad. Dada esta índole del ser humano, considero que la confiabilidad es una característica primordial para el desarrollo de relaciones interpersonales y la buena vida en esta sociedad. Para llegar al éxito, las personas tienen que poder confiar en otras tanto en la vida profesional como en la personal.
Confiabilidad se refiere a la capacidad de una persona de cumplir compromisos, ser honesta y cumplir con las expectativas. Las relaciones personales y profesionales de nuestra sociedad se basan en esta confianza mutua, en la confiabilidad. Es por esto que, tanto en el código de ética de los abogados como en cualquier lineamiento profesional, se define la confiabilidad como algo esencial para la relación profesional-cliente.
La confiabilidad se centra en la consistencia, estabilidad y honestidad en el accionar de una persona, lo que entiendo trae consigo la eficiencia. Pues, gracias a estas cualidades, es posible lograr objetivos de una manera más efectiva, conveniente y rápida. El ser un profesional confiable es esencial, pues para mí esto significa que tanto en tu vida personal como laboral eres una persona de buena fe, segura y cuidadosa. Indudablemente, un profesional y una persona en la que se pueda confiar es exitosa, pues esto significa que en sí ha cultivado las virtudes necesarias para que el otro pueda contar con él.
En definitiva, la sensatez y la confiabilidad son cualidades que debemos cultivar, tanto en el ámbito personal como laboral, pues estas son esenciales para llegar al éxito y llevar una vida plena. No obstante, algunas afirmaciones que podríamos también implementar en nuestro perfil ético para complementarlo son el respeto y la cortesía, las cuales van de la mano con las antes mencionadas, ya que el respeto permite que las personas interactúen de manera armoniosa y pacífica, incluso cuando tienen diferencias, y la cortesía es un comportamiento atento y considerado que crea un ambiente agradable y armonioso en las relaciones interpersonales.
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